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Emilio González García

El encuentro intercultural se forja en los barrios; en sus calles, en sus paradas de guagua y mentideros, en sus plazas y parques, en sus comercios, en sus centros ciudadanos, en sus colegios e institutos, en sus centros de salud… Pero no siempre es espontáneo y en muchos casos surge del convencimiento y de la labor decidida de personas que entienden que la diversidad humana y la pluralidad cultural suponen, al mismo tiempo, una fuente personal de riqueza y una oportunidad para el desarrollo comunitario.

De personas que saben que para superar prejuicios, fomentar el diálogo entre los que se creen diferentes o fortalecer la convivencia mediante la participación, es preciso tejer un sinfín de hilos, visibles e invisibles, que nos vayan atrapando en sentimientos, emociones, ideas y hasta proyectos y retos compartidos. Y que todo esto sólo se puede lograr con optimismo y poniéndole una sonrisa a la vida cada día.

Y si todo ello se enfrenta, tanto desde lo profesional como desde el voluntariado, con una mirada crítica, pero también sincera y humilde, que desprende cercanía, comprensión y solidaridad, estamos ante personas excepcionales. Ciudadanos que necesitamos para que realmente se produzcan cambios que procuren mejoras en nuestra sociedad desde la propia sociedad.

Nuestro Observatorio, mediante su experimentada lente, tiene la capacidad de aproximar la realidad escuchando a sus protagonistas y sintiendo incluso su pálpito. Y así hemos encontrado a una de esas personas tan especiales. La hemos descubierto en uno de nuestros barrios más apreciados, aunque, también, hemos llegado a él a través del espacio virtual de las redes invisibles, siguiendo el rastro de su estrategia para convivir en la diversidad. Estrategia basada en el simple hecho de ‘reconocer al otro’, tal y como es, consciente de que siempre nos puede aportar algo, y que, juntos, podemos construir algo aún mejor…

Gracias Emi… Emilio González García, por tu permanente motivación, por tu sincero compromiso y por estar dispuesto en todo momento a compartir tu conocimiento y experiencia con nosotros. Y además, por contribuir siempre a poner una sonrisa en nuestro rostro…

San Cristóbal de La Laguna a veintinueve de noviembre de dos mil doce.

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